En incontables ocasiones leemos y escuchamos sobre la necesidad de fortalecer formas de pensamiento creativo para afrontar y dar sentido al vertiginoso cambio del mundo actual. Esto es especialmente verdad al referirnos al ámbito del trabajo y de la tecnología, allí hay un incremento en la demanda de habilidades de comunicación y de formas diversas de hacer las cosas en medio de ambientes colaborativos e interdisciplinarios.

Resulta muy interesante cuando la dislexia, un trastorno del neurodesarrollo y aprendizaje, aparece como una enorme ventana de oportunidad para hacer frente a un escenario como este, y un conjunto de habilidades específicas de esta condición, como lo es el storytelling, se vuelven indispensables.

Ernst And Young y Made by Dyslexia se unieron para hacer una investigación en torno a ello. En el reporte final, titulado The value of dyslexia: Dyslexic streghts and the changing of the world work (Vea el reporte completo en inglés en http://madebydyslexia.org/assets/downloads/EY-the-value-of-dyslexia.pdf), se explica cómo el mundo del trabajo está cambiando rápidamente y cómo necesitamos una revolución de las habilidades empleadas en él. Los grandes avances en la tecnología van a continuar retando y cambiando la manera en que trabajamos, la automatización continuará creando nuevos roles y reemplazando otros, conduciendo a un cambio en la demanda de habilidades de trabajo.

Se cree, de acuerdo con el reporte, que 1 de cada 10 personas tiene dislexia y el impacto potencial de dicha condición en el futuro del trabajo es enorme. Estas personas poseen un conjunto de habilidades únicas que serán realmente muy importantes en los negocios, como, por ejemplo, pensar flexiblemente, pensar creativamente y resolver problemas complejos de manera distinta. Muchos disléxicos tienen además grandes habilidades de comunicación, lo que se convierte en algo valioso para todos los negocios al acoger nuevas tecnologías.

Por lo general se entiende la dislexia como algo negativo, en lugar de abordarla desde sus fortalezas. Se descalifica de entrada a los estudiantes disléxicos como tontos o perezosos por no poder comprender los libros de texto o lo que está escrito en el tablero, sin embargo, esta condición puede significar una ventaja enorme: pensar de manera creativa, divergente, lateral y haber aprendido a simplificar el abordaje a los problemas. 

Varios de los testimonios de personas disléxicas que entrevistaron en la investigación, tienen en común que son buenos para el storytelling, puesto que se les facilita tomar ideas complejas y simplificarlas a través de una narrativa particular; pueden crear experiencias vividas y atractivas a través de palabras, imágenes u otros medios.

Es paradójico cómo las personas disléxicas tienen una facilidad innata para crear historias y formular ideas, pero no tanto para desempeñarse en las clases de lectura y escritura. ¿Qué nos dice esto, entonces, sobre los modelos de enseñanza más tradicionales? Es urgente reformular la educación para apoyar todos los tipos de aprendizaje y pensamiento alternativo y ayudar a los niños a desarrollar todo su potencial.

Al basar la educación en un sistema de exámenes están conduciendo a muchos disléxicos hacia el fracaso. La mayoría de las instituciones no están preparadas para el pensamiento disléxico y muchos de los docentes no están formados para enseñar a personas con dislexia. Gran cantidad de personas van por la vida y luchan en su paso por la escuela sin saber siquiera que son disléxicos.

Es nuestro deber apoyar a los niños con esta condición para que se den cuenta de su potencial, empezando desde la escuela y en el tránsito al mundo del trabajo. Made by Dislexia está invitando a quienes elaboran las políticas públicas de educación y a los colegios a que aceleren sus esfuerzos en identificar la dislexia mucho más pronto en el camino formativo e introducir más formas efectivas de enseñar a estudiantes con esta condición.

La escuela, la familia y la sociedad debemos parar nuestro intento de estandarizar, esperando que todos pensemos de la misma manera. Apoyemos a la infancia celebrando su manera intrínseca de imaginar, crear y de resolver problemas. Son estas las habilidades del futuro que tanto está necesitando el mundo laboral.