En una edición anterior de nuestro blog (http://bit.ly/1caAP7O) ya hemos visto que para desarrollar nuestra sensibilidad para atrapar historias debemos contar con un “sombrero de caza”, “una buena trampa”, y una “mochila resistente”.

Porque no basta con encontrar una buena historia, convertirse en storyhunter implica de igual manera exhibirla como el gran trofeo que es en sí misma y darle el uso adecuado en el momento preciso; solo así la historia encontrada podrá cumplir con su propósito: bien sea simplemente entretener o lograr un objetivo más alto, como enseñar, o lograr la catarsis en sus oyentes.

  1. Brinde forma a sus historias: recuerde que más allá de un simple hecho, una historia es un conjunto de acontecimientos que se comportan de manera rítmica. Si tiene un hecho susceptible de convertirse en historia, identifique el valor que el mismo tiene al ponerlo en contexto, es decir, en un espacio definido junto a los personajes que le dan vida. Si es un hecho muy positivo, opte por ubicarlo en el clímax de su historia y eso le implicará ubicarlo casi al final de la narración, justo después del nudo o problema que el hecho en sí “soluciona”. Esto a su vez le implicará poner en contexto el relato, acto conocido como inicio.
  2. Ponga su trofeo, al alcance de todos: tal vez le resulte familiar la imagen de la sala de un cazador, justo arriba de su poltrona, es usual encontrar exhibida la cabeza de aquel ejemplar que ha logrado capturar. De igual manera un storyhunter debe poner al alcance de su audiencia los medios para que sus historias sean conocidas por todos: un blog en wordpress, una app como Storehouse, un espacio en la intranet de su compañía, una invitación a tomar un café, o unas páginas en blanco; aquí lo importante es poner al alcance de los demás su relato y no simplemente llevar un registro del mismo.
  3. Haga uso de su historia: imagine que se encuentra cerrando una importante negociación, sus interlocutores aún tienen dudas, sus argumentos están basados en las actuales circunstancias económicas globales, sin embargo, usted sabe que su producto o servicio le traerá satisfacción a su cliente. De repente, usted recuerda que en su colección de historias tiene una que precisamente se amolda a la presente situación, en la cual sus personajes tomaron el riesgo a pesar de las circunstancias y obtuvieron excelentes resultados. Tal vez esta historia pueda ser el argumento que usted necesitaba para cerrar finalmente la negociación, todo dependerá, también, de la manera y la gracia con que logre contarla.

 

“Nunca subestime el poder de un excelente relato, las historias son los vehículos naturales de los argumentos y de las ideas transformadoras.”